No
quiero hablar sobre si el NA es un género necesario, o si esta
etiqueta sobra a la hora de clasificar los libros, porque la realidad es que el
New Adult ya se ha hecho hueco en el mercado y parece que ha venido
a quedarse.
De lo
que sí quiero hablar es de qué es el New Adult y qué no es.
El
término New Adult nació en el año 2009, cuando la editorial St. Martin Press
acuñó el nombre en la convocatoria de un concurso para el que se buscaban
manuscritos con unas características muy concretas.
No
empezó con muy buenas críticas. Se dijo de todo, como que era un plan de
comercialización sin mucho futuro, que no tenía público suficiente
como para resistir… Incluso hubo quien se pasó de sexista y aseguró que era un
género para mujeres. ¿Qué? ¿Para quién? ¡Venga ya!
De
todas formas, la definición más disparatada fue la que se le ocurrió a algún
iluminado (el periódico The Glogal and Mail) que dijo que solo era juvenil
erótico. Se me ha desencajado la mandíbula.
¿Qué es
en realidad el género New Adult?
El New
Adult, en su forma más básica, es una categoría de libros en la que se cuentan
las experiencias de jóvenes de 18 a 25 años durante esos primeros años en la
vida adulta.
Son
mayores de edad, ahora se supone que son independientes, que deben asumir
responsabilidades y hacer frente a los desafíos de la vida por su cuenta. El NA
tiene un enfoque hacia el éxito y la supervivencia en comparación con la
aceptación y la popularidad, más típicos del Young Adult.
Esta
generación de jóvenes se enfrenta a un montón de cosas nuevas en su vida. El inicio
de la edad adulta marca un umbral importante en el desarrollo de una persona.
Los personajes que protagonizan estas novelas están aprendiendo quiénes son,
cómo son, y cómo van a enfrentarse a los retos que se les presenten en esta
etapa: emancipación, universidad, primer trabajo, primeras relaciones
sentimentales serias con una proyección de futuro más realista que en la
adolescencia; amigos, compañeros, familia… Los jóvenes comienzan a definirse en
cosas como las creencias o la política. Son esos años en los que se establece
nuestra identidad.
El NA
suele centrarse en la transición que sufrimos entre la adolescencia y la edad
adulta. Es una época de experimentar, de correr riesgos y de tomar decisiones
difíciles. Los personajes tienen más libertad, ya no están sometidos a las
disposiciones paternas; ahora son ellos los que deciden, los que asumen riesgos
y los que lidian con las consecuencias. A esas edades todo es más dramático,
más apasionado, inocente, torpe, turbulento… Las alegrías, los desengaños, las
emociones, la angustia, todo tiende a magnificarse. Queremos experimentarlo y
vivirlo todo.
Y en
los libros es eso lo que se busca transmitir, la emoción, la liberación e
incluso el malestar que se asocia a esas edades. Acabas de entrar al mundo adulto,
pero te sientes un niño. Creo que si hay una palabra que define este género esa
es transición, y el NA nos muestra esa transición en todas sus facetas.
Es
evidente que muchas de estas vivencias se tienen durante la adolescencia, y
también durante la madurez, pero en la juventud se viven de un modo diferente.
Los adolescentes se basan en el momento, sin ninguna experiencia en ningún
sentido. Los adultos se apoyan en su experiencia pasada para tomar sus
decisiones presentes y futuras. Los jóvenes están justo en medio y sus
decisiones se basan en apuestas. Se podría decir que es la forma en la que los
personajes procesan sus experiencias la que define el género.
¿A qué
tipo de público va dirigido este género?
Yo
diría que, por su contenido, está dirigido a un público más adulto que juvenil,
pero que tiene un gran atractivo para los adolescentes. Así que me atrevería a
decir que las novelas NA son para cualquier persona a partir de los dieciséis,
diecisiete años en adelante. Se puede apreciar que el abanico de público para
estos libros es muy amplio: adolescentes que sienten curiosidad por esos años
que están por venir, jóvenes que se encuentran en esos años de transición y
autodescubrimiento, y adultos que disfrutan de la nostalgia de esa etapa. Bueno,
en este caso, hablo de mí en particular. Yo disfruto de la nostalgia de esa
época porque, aún hoy, no consigo verme como una adulta de treinta y tantos; en
mi interior me quedé en ese pasado y sigo ahí.
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¿Qué
características tiene este género?
Hay unas cuantas muy comunes. La narración en primera persona,
siempre desde el punto de vista de la chica; pero están apareciendo
publicaciones en las que se alternan los puntos de vista. Otras en las que es
el chico quien narra los hechos (libros que se reescriben desde el punto de
vista del protagonista masculino: Inevitable Desastre, Breakable, Thoughtful…),
y otros en los que un narrador omnisciente, el que todo lo sabe, toma la
palabra; como, y perdonad el momento promoción, en mi novela
Cruzando los límites.
Suelen
ser libros con una fuerte carga dramática: violencia, abusos, malos tratos… En
ese sentido creo que empiezan a encasillarse y que hay que diversificar. Al
igual que en cualquier otro género, se puede conseguir una historia interesante
sin esos clichés. Hay otros muchos motivos que pueden generar un buen conflicto
para una novela.
El
estilo, la voz con la que se narran esas historias, es otra característica del
género. El lenguaje, las situaciones, la forma de expresarse… En resumen, una
buena historia New Adult debe tener una buena narrativa con la
intensidad emocional de los jóvenes. Fresca.
¿Y qué
hay de los personajes?
Los
personajes de este género suelen ser independientes o intentan serlo. Cumplen
los dieciocho y, de un día para otro, pasan de ser unos niños a ser
adultos. Todo el mundo dice que ya son mayores, pero ellos se sienten
igual que unos pocos meses antes, cuando aún iban al instituto y su mayor
problema era el toque de queda que imponían sus padres.
Ahora tienen
responsabilidades de adulto y tienen que vivir como tal, cuando ni siquiera
saben qué significa ser adulto. Intentan manejar las situaciones, los
imprevistos, los problemas; pero lo hacen dando palos de ciego, porque no
tienen la experiencia necesaria y van aprendiendo sobre la marcha. Así que se
limitan a sobrevivir de la mejor manera posible, improvisando en la mayoría de
las situaciones.
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Esto de vivir sola mola. |
Viven
las emociones y los sentimientos de un modo más libre. Ya no sienten la presión
de tener encima a sus padres a la hora de salir, de relacionarse, su control
sobre con quiénes van y a dónde.
Estos
personajes piensan en el futuro con más preocupación. Las relaciones adquieren
un carácter más serio y sentar la cabeza es una posibilidad mucho más real.
Vivir el presente es importante para ellos, pero el futuro y lo que quieren
para ese futuro es igual de importante o más. Y a un nivel más personal e
íntimo, esa libertad también se ve en la forma de afrontar el sexo. Y partiendo
de esa libertad, el autor también la tiene para describir qué hacen, cómo lo
hacen y qué sienten los personajes en las novelas.
SEXO,
hemos llegado a una de las partes conflictivas de este género.
Cuando
el New Adult apareció, los prejuicios surgieron como setas en otoño. Que si
solo eran novelas juveniles con sexo, que si juvenil erótica… NO SON ESO. No
son novelas eróticas, ni el género ha nacido para justificar novelas con sexo.
Me
parece injusto que se defina el NA de ese modo. No es esta parte, de haberla en
las novelas, la que atrae al público. Para eso está el género erótico.
Es que
a veces tengo la sensación de que se cree que es la atracción sexual la que
conduce la historia, y puede que lo sea en contadas novelas, pero no es lo
habitual. En las novelas NA, al igual que en las RA, incluso en las YA, puede
haber varios niveles de sexo. Desde escenas explícitas, detalladas de forma
minuciosa, hasta fundidos en negro que dejan a la imaginación la mayor parte.
El sexo
no es obligado ni una característica de este género, es un complemento más al
igual que otros. Somos humanos, nos reproducimos y el sexo es una parte
importante en ese proceso. Además, en nuestra juventud y edad adulta cobra una
gran relevancia a nivel personal, es un baremo a la hora de medir muchos
aspectos de nuestra vida íntima y personal, y de las relaciones que mantenemos.
A esas edades es cuando el sexo empieza a interesarnos de verdad, cuando hemos
adquirido cierta madurez como para practicarlo sin sentirnos culpables o para
entender lo que implican las relaciones sexuales.
Por lo
que esta cuestión en una novela debe tener sentido al igual que cualquier otra
faceta. No me gusta el sexo gratuito en una historia, y no es un problema de
mojigatería, os lo aseguro. El sexo tiene que encajar en la trama. La escena
que lo contenga debe tener sentido, aunque solo sea para mostrar el carácter
íntimo de los personajes. Es otra forma más de conocerlos.
El sexo
siempre va a ser importante para crear una fuerte conexión emocional entre los
personajes, pero creo que es más importante fijarse en los personajes y en esas
relaciones emocionales que establecen y no en las físicas. Repito, el sexo solo
es un complemento más en la novela.
El sexo, tanto explícito como velado, es necesario si se ajusta a la historia, y si no, pues sin él. Que una novela que encaja en las características del NA no contenga sexo, no la descarta del género. Fangirl es un ejemplo, una novela NA perfecta sin sexo. Y si lo contiene es igual de perfecta, porque el sexo está más aceptado que nunca, no es vergonzoso, ni hay que ocultarlo.
El sexo, tanto explícito como velado, es necesario si se ajusta a la historia, y si no, pues sin él. Que una novela que encaja en las características del NA no contenga sexo, no la descarta del género. Fangirl es un ejemplo, una novela NA perfecta sin sexo. Y si lo contiene es igual de perfecta, porque el sexo está más aceptado que nunca, no es vergonzoso, ni hay que ocultarlo.
Es la
historia la que hace y define la temática, no el sexo que hay en ella. Además,
para calmar la preocupación por algunos aspectos que podrían influir de forma
negativa en los lectores, os diré que yo, hasta ahora, solo he leído libros NA
en los que el sexo se trata de forma correcta. Suele ser consentido, los
personajes usan anticonceptivos y tienen presentes las consecuencias de un
embarazo no deseado o del contagio de infecciones de transmisión sexual. Las
razones por las que se tiene sexo, buenas o malas, son explicadas con todo el
realismo posible.
Por
suerte, tanto escritores, como editores, libreros, lectores…, están empezando a
definir y a tratar el NA de una forma mucho más amplia y seria, más allá del
romance y el sexo.
Así que
vamos a dejar de darle vueltas a este tema, porque no las tiene.
Y
hablando de romance. El romance es otra característica de este género. Es
importante, sobre todo en el NA contemporáneo, pero del mismo modo creo que no
es todo lo que una NA necesita. Es solo una parte. Debe haber un conflicto
creíble, cuestiones y dudas que den profundidad a la historia. Pero esos
elementos complementarios no tienen por qué ser estereotipados.
El
romance es un aspecto vital en la vida humana desde la adolescencia, y al
entrar en la vida adulta es cuando podemos experimentarlo sin restricciones.
Las relaciones que mantenemos durante esos años nos definen, nos marcan y nos
ayudan a crecer, unas veces para bien y otras para mal. Enamorarse es
maravilloso, y no todos nos enamoramos de la misma forma, por lo que hay miles
de historias que contar. El romance juega un papel importante en el New Adult,
incluso cuando solo es un argumento secundario.
Una de
las claves más importantes de este género es que las emociones se sientan
reales. Los personajes, las localizaciones y las situaciones pueden ser
imaginados, ficticios, pero las emociones tienen que ser reales. El crecimiento
de los personajes debe ser real.
El NA
se ha relacionado desde el principio con la autopublicación y el género
romántico, y ambos han sido más menospreciados que otros. Las cosan están
cambiando. Ahora muchos editores y agentes se están interesando en él. Lo creen
viable y no solo una etiqueta de marketing.
Mucha
gente del sector cree que necesitamos menos categorías para los libros, no más.
Es posible. Si uno se fija detenidamente, entre géneros, subgéneros y
subgéneros de subgéneros, hay un batiburrillo increíble. Pero esta etiqueta es
conveniente, porque permite saber a los libreros y a los padres qué hay dentro
de un libro. Y no me refiero al sexo explícito o no que pueda haber, sino al
conjunto. Porque tengo la sensación de que, a veces, esta etiqueta dice
«¡Cuidado, este libro contiene sexo salvaje, violencia y lenguaje soez hasta
dejarte ciego!», y no es así en la mayoría de los casos.
El New
Adult no parece que vaya a desaparecer, tal y como auguraba la mayor parte del
sector. Está ganando popularidad a pasos agigantados. En Goodreads, que para mí
es una buena fuente de información sobre lo que se lee y la popularidad de esas
lecturas, los números muestran que en 2010 los títulos de NA eran
insignificantes. Este 2014 los títulos se encontraban en torno a los 14.000
registrados.
El
potencial de este género es evidente. Además, el hecho de que algunas
editoriales estén creando sellos específicos para publicar estos títulos,
muestra la buena salud del NA. En España, Titania (Ediciones Urano),
ha creado su propia línea New Adult con el sello Titania Fresh, con títulos
como Inconsciente, Imprevisible e Imprudente, de S.C. Stephens; Cada vez que
llueve, de Lisa de Jong; y mi propia novela, Cruzando los límites. ¿Os
dais cuenta de los sutil que soy para recordaros que tengo nueva novela? Ediciones
Kiwi es otra editorial que ha apostado por el género, creando un
sello específico con la escritora Victoria Vílchez a la cabeza, con una serie
maravillosa: Antes de que decidas dejarme, Antes de que digas adiós y Dime que
bailarás conmigo; Respira, de Abbi Glines, es otro de sus títulos.
Otras
autoras españolas que han irrumpido en el género NA, son Natalie Convers, con
Mariposas en tu estómago; y Lucía Arca, con sus novelas Heaven y Esplendor.
Estas
editoriales no consideran el NA una moda, sino un fondo editorial. Esta
categoría es un género que está en evolución, lo demuestra que están
apareciendo otros subgéneros dentro de él. Se busca crear algo nuevo, se busca
diversidad, nuevas fórmulas: misterio, terror, paranormal… Como ejemplo puedo
señalar uno bastante significativo, la escritora Mari Mancusi ha
escrito una novela cyberpunk catalogada como NA. Todas estas variaciones de
temática siempre desde un punto de vista actual, porque que sea actual es otra
de las características del NA.
¡Ay, el
New Adult, ese desconocido! Los lectores crecemos y los géneros evolucionan
para acompañarnos. Con quince años devorábamos historias sobre personajes
inseguros, con problemas de popularidad en el instituto, o hijos de semidioses
que no eran tan fuertes como se esperaba que fueran. Amores imposibles, dulces
y virginales en apariencia… Ahora que hemos crecido, queremos que esos
protagonistas sean tan maduros como nosotros. Esto no significa que no me guste
el YA. ¡Me sigue encantado, tanto como lectora como escritora!
Me
alegro de que el NA haya entrado a formar parte de la lista de etiquetas que
conforman en este momento el mercado. Me he enamorado profundamente de este
género. Mucho.
Para
mí, la precursora de estas novelas en España, fue Simone Elkeles.
Aunque sus libros no son NA, sí creo que su publicación dio un paso previo al
género para una aceptación posterior. Después apareció Rompiendo las normas,
publicada por Darkiss, un YA contemporáneo con tintes dramáticos pero con
reminiscencias muy NA. Los hermanos Vincent son otro ejemplo de YA abriendo
camino al NA más puro. Otra serie que irrumpió con mucho éxito fue la trilogía
de Jude Ryder; esta es compleja, porque si su primer libro es claramente YA,
los dos siguientes son New Adult 100%. Podría seguir con Hopeless, The Duff…
Pero
como New Adult, los primeros libros en publicarse en nuestro país fueron
Maravilloso Desastre, de Jamie McGuire; París, Luna Roja, de Blanca Álvarez
(mal catalogado como YA, o juvenil erótica. Si se analizan los personajes y la
historia, es NA sin dudar); El amor es todo menos sencillo, de Tammara Webber;
la trilogía de S. C. Stephens: Inconsciente, Imprevisible e Imprudente…, y aún
hay unos cuantos más, como After, Nadie como tú, La coincidencia de Callie y
Kayden…
El New
Adult es un género que se está consolidando y no hay que dejar que se pervierta
con prejuicios y falsos conceptos que lo menosprecian. Hay que
mimarlo para que sobreviva en el tiempo, con historias interesantes, bien
escritas y cuidadas. Este género pertenece a los escritores, empezó con
escritores autopublicados, y somos nosotros los que debemos cuidarlo más que
cualquier otro: lectores, editores, medios de comunicación… No debemos dejar
que se convierta en lo que no es.
Una
cosa que me gusta de este género, es que encaja en mi crecimiento como autora.
Como antes remarcaba, me encanta escribir literatura juvenil, pero a medida que
crezco y avanzo en este sentido, siento la necesidad de que mis personajes
también crezcan y sean más maduros. Este género encaja perfectamente entre la
ingenuidad y el compromiso. Es todo dualidad. Adultos que aún se divierten como
adolescentes.
De
verdad, creedme, el New Adult no es coger unos personajes y subirles la edad,
añadir un poco de sexo, agitarlo y ya tenemos una novela de género. Y hablo
desde la experiencia que me da haber escrito YA, NA y mi casi terminada RA. Y
no lo digo solo por eso. Tenía una Young Adult con una trama que me encantaba,
intensa, dramática, con muchos matices; pero le fallaba algo. Después me di
cuenta de que ese dramatismo, las sensaciones que transmitían los personajes,
no eran propias de unos adolescentes, sino de personas un poco más maduras que
intentan encontrar su lugar en un mundo de adultos. La reescribí como NA y os
aseguro que necesitó mucho más que subir la edad de los protagonistas.
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Con lo duro que es escribir. |
Por
último, que esta entrada empieza a tener una extensión respetable (no sabía que
fuese capaz de escribir tanto fuera de una novela), solo quiero hacer dos
apuntes. El primero, hacer hincapié en que los lectores han acogido muy bien el
género NA, y que la edad de estos lectores no se limita a esa franja de edad
que ampara a los personajes que los representan. El público que consume estos
libros es muy amplio, desde adolescentes a adultos. Pero como dato os diré que
se ha contrastado que la mayoría de lectores de estas novelas son hombres y
mujeres de entre 25 y 45 años. Los mismos que suelen contactar con los autores
de NA a través de las redes sociales. Segundo, que si queréis escribir sobre
este género, que lo hagáis porque os apasiona, porque os gusta, y no porque sea
una tendencia.
Pero
escribir porque nos gusta no es suficiente, hay que conocer el género en el que
nos queremos mover.
Y esto
es todo.
¡Hola! Me ha parecido un artículo muy interesante, me ha gustado y lo he leído completo. Muchas gracias por toda la información. A mi me encanta este género, llevo prácticamente un año leyéndo libros con esta catalogación, ahora mismo tengo casi 18 años.
ResponderEliminarUn besito! :)
Amén, María. Muy bien expresado todo :)
ResponderEliminarUn besito
¡Genial, María! No podías explicarlo mejor. Yo tengo 23 años y me declaro fan absoluta del género. Estoy irremediablemente enamorada de él; quizá es porque estoy aún en ese proceso de transición de adolescente a adulta, o quizá porque me parece un género muy real e intenso. No lo sé, pero me encanta.
ResponderEliminar¡Un achuchón fuerte!
Acabo de terminar de leer toda la entrada, María, y tengo que decirte que me ha encantado. ¡Felicidades!
ResponderEliminarPor cierto, me gusta el término novelas de transición, yo lo suelo utilizar a veces y define bastante bien lo que es New Adult en la actualidad.
(Gracias por la mención ;-)
¡Un beso!
Una entrada superhipermegacompleta :D Gracias por nombrarme, María, y enhorabuena por el post y por esa próxima novela.
ResponderEliminarBesos alados,
Lu
Me ha encantado tu entrada, pero estoy de acuerdo a lo que dijo Elena Castillo, lo Juvenil (sin relaciones sexuales) es una cosa, el resto es adulto (relaciones explícitas o no) y ahí les ponen etiquetas, NA, YA, RA.... Pero que no las mezclen como juvenil... como ella decía, que pongan estanterías diferentes. Y que conste que me encantan las novelas NA :)
ResponderEliminarMe ha encantado la entrada *.* gracias por toda la aclaratoria y sí, es un género que está ganando fuerza y me encanta ;) (habrá que ver la sinopsis de ese libro... xD)
ResponderEliminarMuaks!
Chapó por esta entrada. Tú sabes que yo no soy muy amiga de las etiquetas, pero creo que era necesario explicar en qué consistía exactamente este subgénero. Y es que hay tanto desconocimiento general que en lugar de acogerlo como algo bueno, ha generado recelos, polémica, rumores y debates intensos. Esto ocurre con todas las novedades que nos suscitan desconcierto. Así que creo que tu entrada era muy necesaria. Yo misma había escuchado muchas cosas sobre el NA, pero no sabía realmente que era. Ahora me ha quedado todo claro y me parece una categoría muy interesante. Felicidades por una entrada tan chula. Por cierto, las imagenes son lo más!! XDDD
ResponderEliminarExcelente post. Cuando publiqué una de mis novelas, sufrí para clasificarla, pues oscilaba entre lo juvenil y adulto. Es muy acertada la etiqueta.
ResponderEliminarSinceramente es el genero que estoy comprando más para leer ahora mismo. Es el que más me llama.
ResponderEliminarUn post excepcional
Besos guapura
<3
Muy buen articulo e interesante. Yo recién estoy empezando a leer este género, tengo 16, pero quería saber bien de que se trataba.
ResponderEliminarGracias por el post, estaba dudando de si había o no categoriazado bien una de mis novelas, Fran o francesca y creo que sí, la considero new adult. Saludos
ResponderEliminarhablar y explicar aspectos de sexualidad. Sirve para que lo miren ellos mismos y los padres para tener ideas.
ResponderEliminarPero, ¿Qué pasa cuando el niño ya no es tan niño y es un o una adolescente? La casa no es tan fácil.
Se da por supuesto que porque sean de la generación de la comunicación, de Internet ya lo saben todo. Pero esta hipótesis ya no es tan válida cuando los estudios confirman que en estos años se han disparado los embarazos de adolescentes. conpeht.net/biografia-de-lily-chee/
sadasd
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